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Fármaco antidepresivo compuesto por una molécula que comprende tres ciclos unidos.
Formas principales
Antidepresivos tricíclicos con poca o ninguna sedación son imipramina, clomipramina, demexiptilina, desipramina y nortriptilina.
Antidepresivos tricíclicos sedantes incluyen amitriptilina, doxepina, dibenzepina, dosulepina, opipramol, propixepina y trimepramina.
Mecanismo de acción
La acción principal de los tricíclicos es adrenérgica: promueve un aumento de los neurotransmisores excitadores (noradrenalina), cuya concentración en las sinapsis es baja durante la depresión, al bloquear su absorción normal por las células cerebrales. El efecto estimulante en el cerebro aumenta, lo que reduce la depresión y mejora el sueño.
Indicaciones y forma de administración.
Los antidepresivos tricíclicos están indicados en el tratamiento de la depresión endógena, sin causas externas inmediatas (duelo, separación, por ejemplo), cuyo curso es progresivo. Se administran por vía oral o parenteral (inyección).
La prescripción es posible durante el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y en la prevención de ataques de pánico. Además, su prescripción es frecuente en los centros de dolor.
Contraindicaciones
Está contraindicado combinar tricíclicos con otros antidepresivos, inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), que se prescriben excepcionalmente, siendo importantes los riesgos de hipotensión, hipertermia, delirio, convulsiones y progresión al coma. Asimismo, evitamos prescribirlos en casos de estado delirante o alucinatorio, problemas cardíacos, glaucoma o problemas de próstata.
Efectos indeseables
Los antidepresivos tricíclicos tienen una acción anticolinérgica por su influencia sobre un neurotransmisor, la acetilcolina, que puede provocar hipotensión postural (mareos al levantarse y pararse), estreñimiento, retención de orina, sequedad de boca y alteraciones de la acomodación visual. Pueden aparecer otros trastornos: pesadillas, ansiedad, temblores, convulsiones, trastornos del apetito (bulimia), trastornos endocrinos (desaparición de la menstruación) y trastornos sexuales (impotencia, incapacidad para alcanzar el orgasmo).
En la intoxicación aguda por sobredosis, se observa coma con convulsiones, depresión respiratoria y alteraciones cardíacas (taquicardia ventricular con mal pronóstico). El tratamiento consiste en una infusión intravenosa de lactato de sodio después del lavado gástrico.
Su uso actual es menos importante a favor de los antidepresivos serotoninérgicos.
