Benoît Peeters –

Escritor y guionista de cómics francés (París 1956).

En la fuente de la versatilidad

Después de una infancia en París, Benoît Peeters pasó parte de su educación en Bélgica donde, a la edad de 12 años, conoció a François Schuiten. Juntos, hacen su primer diario, Ir, disfrutando así de su primera experiencia creativa compartida.

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Luego regresó a París para realizar estudios universitarios en filosofía y ciencias sociales, especialmente bajo la supervisión de Roland Barthes. Luego posee una autorización para supervisar estudios, y así abre el camino a la investigación.

Primeras palabras

En 1976 apareció su primera novela, General. En esta biografía ficcionalizada del escritor Claude Simon, Benôt Peeters aborda algunos temas que siempre tendrá en cuenta: la encrucijada entre realidad y ficción, y la mise en abyme.

Explorador insaciable, profundiza los juegos narrativos con la biblioteca de Villers (1980), donde el narrador-investigador se ve atrapado gradualmente en la trama, introduce la ilustración en el thriller con el signo de lucifer (1990, parte gráfica de Alain Goffin), o aborda un tema que le es querido, la arquitectura (Ciudades escapadas, 2007).

“Tintinófilo” y “Hergéfilo” desde el principio, también escribe numerosos ensayos sobre el maestro y su personaje principal: el Mundo de Hergé (1983), las joyas encantadas (1984), Diseñador Hergé (1988), Hergé, hijo de Tintin (2002). [→ Hergé.]

Al cómic

Fue con y para su cómplice de la infancia, François Schuiten, que produjo su primer guión de cómic en 1982: los muros de Samaris, para la revista (A seguir), que comienza la serie de Ciudades oscuras – en la que los dos autores han seguido colaborando desde (la teoría del grano de arena, 2007).

Benoît Peeters combina sus temas favoritos: arquitectura, ilusión y lenta deriva narrativa. Allí también desarrolló su interés en xixmi siglo, sus inventores y aventureros, incluido el fotógrafo Nadar, a quien dedicó un libro (Metamorfosis de Nadar, 1991), y que cobra vida en las ciudades oscuras, bajo el nombre de Ardan, en homenaje a un personaje de Julio Verne.

Ávido de nuevas experiencias, multiplica las colaboraciones: Híbridos con Séraphine (1984), Ergün el errante con Deubelbeiss (1987), plagio (1989) y Teorema de morcom (1992) con Alain Goffin, Dolores (1990) y Calipso (1995) con Anne Baltus, Hotel del amor (1992), Tokio es mi jardín (1997), Media vuelta (id.) con Frédéric Boilet.

Un buen conocedor del mundo del cómic y estrechamente vinculado a Casterman, su primer editor de cómics, Benoît Peeters aceptó en 2001 un puesto de consultor para todo su catálogo de cómics.

Benoît Peeters, profundamente apegado a la investigación, el estudio y la teoría, ha escrito numerosos libros sobre cómics. Dentro Töpffer, la invención de los cómics (1994), colaboró ​​con Thierry Groensteen (otro nombre imprescindible en el estudio del cómic) para rehabilitar a un pionero poco conocido del 9mi Arte. Caso, tablero, historia (1998) le permite desarrollar y compartir sus pensamientos sobre el medio del cómic, en toda su complejidad.

Pionero incansable, no deja de ofrecer nuevas avenidas gráficas y de guion: La aventura de las imágenes, del cómic al multimedia, con François Schuiten (1996), Alrededor del escenario (1998), Escribir imágenes (2009).

Imágenes fotográficas y cinematográficas

Muy temprano en el mundo del cine (es autor de un ensayo sobre Alfred Hitchcock), Benoît Peeters inició, en la década de 1970, el camino hacia la dirección. Fiel a su eclecticismo habitual, realizó entrevistas filmadas con Alain Robbe-Grillet, serie documental para Arte e INA, Comix… También colaboró, con François Schuiten, en el guión del documental-ficción Archivo B, de Wilbur Leguebe (1995).

Dando un nuevo paso, cofundó en 1997 una productora, Les Piérides. Iniciador de proyectos de cortometrajes, exposiciones, sitios web (incluido www.urbicande.be, el portal imprescindible para Ciudades oscuras), esta empresa le permitió realizar su primer largometraje en 2000: el último plan. Una vez más, Benoît Peeters mezcla allí realidad y ficción y, al reproducir una película dentro de otra, se entrega a una de esas mise en abyme que le gustan.

La imagen fija no se queda fuera de su abundante producción. Con quien fue durante mucho tiempo su compañera, Marie-Françoise Plissard, Benoît Peeters está en el origen de casi diez novelas o álbumes fotográficos, de Correspondencia (1981) a Bruselas, horizonte vertical (1998). Una vez más, buscando nuevos caminos narrativos y nuevas relaciones entre texto e imagen, intentó, con un éxito lamentablemente confidencial, renovar un género confinado, a los ojos de muchos, a las páginas de la prensa convencional.

En varias dimensiones

De la imagen al espacio, solo hay un paso que Benoît Peeters ha dado a menudo, la mayor parte del tiempo con su cómplice histórico François Schuiten. A través de varias exposiciones, pudo declinar su interés por los cómics (Diseñador Hergé, En el Tíbet con Tintin), arquitectura (Arquitecturas de ensueño, Sueños de piedra), los xixmi siglo (Metamorfosis de Nadar) o el mundo de las imágenes (el museo de las sombras, el teatro de imágenes).

La culminación a gran escala de estos proyectos proteicos fue, nuevamente con François Schuiten, la remodelación de la casa Autrique, el primer edificio Art Nouveau en Bruselas por Victor Horta (1997), y el nuevo vestuario de las estaciones de metro Arts et Métiers en París. y Porte de Hals a Bruselas.

Curiosidad insaciable, Benoît Peeters es un extraordinario experto en oficios principalmente interesado en la relación entre texto e imágenes. Desde la novela hasta la escenografía, siempre ha buscado explorar las formas más originales y originales, a menudo llevando los medios a sus límites últimos, por lo tanto, el uso frecuente y siempre muy justo de mise en abyme. Como variación, en todos los medios posibles, de esta «nueva novela» a la que dedicó sus primeras obras.

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