División social del trabajo: todos los asuntos

es entendido por División social del trabajo las atribuciones (individuales o colectivas) productivas en las estructuras socioeconómicas.

Desde esta perspectiva, cada sujeto tiene un papel en la estructura social, de la que emana su estatus en la sociedad.

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Resumen de funciones

Una característica esencial de la división social del trabajo es su capacidad para aumentar la productividad. Esto se debe a que la especialización aumenta la eficiencia productiva y permite la venta de productos de mayor calidad y menor precio.

Sin embargo, a medida que los productores trabajan en actividades específicas, la división social del trabajo comenzó a distinguir el trabajo mental (intelectual) del material (físico). todo esto condujo al surgimiento de una élite social.

Esto, a su vez, está incrustado en la ideología de la competencia técnico-científica para legitimar esa división social del trabajo.

Debemos tener en cuenta que la “división del trabajo” se refiere a cómo los seres humanos se organizan para distribuir las tareas cotidianas.

De esta división se derivan otras, como la división sexual del trabajo, la división capitalista del trabajo, la división internacional del trabajo y, por lo que aquí nos interesa, la división social del trabajo.

En una etapa temprana de las sociedades humanas, la división del trabajo se definía por criterios sexuales y de grupos de edad.

Sin embargo, el aumento de la agricultura ha provocado divisiones sociales aún más importantes en el trabajo. Esto profundizó esos criterios sexuales y también diferenciaba al trabajador agrícola del que se dedica exclusivamente a la crianza de animales. Aquí está la génesis de la propiedad privada.

A medida que las actividades agrícolas y pastorales impiden que estos trabajadores se dediquen a la producción de los instrumentos necesarios para su supervivencia, surgen los artesanos.

Estos intercambian sus productos manufacturados por alimentos. Y de estos intercambios surge otra división social del trabajo, a saber, la actividad mercantil.

Cabe mencionar aquí que el desarrollo del comercio ha profundizado la distinción entre trabajadores rurales y urbanos, donde se destacaron los sectores comercial, administrativo y artesanal.

Finalmente, bajo la égida del capitalismo, la especialización productiva se vuelve cada vez más compleja, hasta alcanzar los parámetros de la división internacional del trabajo. En él, el trabajador es un especialista y una pequeña parte del proceso productivo.

Émile Durkheim y la división social del trabajo

Para Durkheim (1858-1917), los principios de la división del trabajo son más morales que económicos. Estos son los factores que unen a los individuos en una sociedad, ya que generan un sentimiento de solidaridad entre quienes desempeñan las mismas funciones.

Otro factor importante es que este pensador analizó la sociedad como una metáfora del cuerpo humano. En esta idea, la división social del trabajo se encargaría de mantener la armonía de este sistema de órganos que componen el organismo.

Además, Émile afirmó que cuanto más grande y compleja sea una sociedad, mayor será la división social del trabajo presente en ella. Para él, el crecimiento de la población es responsable de la división del trabajo.

Karl Marx y la división social del trabajo

Para Karl Marx (1818-1883), la división del trabajo en especialidades productivas genera una jerarquía social en la que las clases dominantes (burguesía) subyugan a las clases dominadas, estableciendo las instituciones legitimadoras y manteniendo los medios de producción. Esta dominación es tensa y genera un conflicto llamado «lucha de clases».

Además, para él, la especialización de las actividades productivas en sociedades complejas generaba una división del trabajo social como forma vital de supervivencia. Y así, al superar sus necesidades básicas, la humanidad crea otras.

Max Weber y la división social del trabajo

Max Weber (1864-1920) argumentó que la sociedad, incluso estando compuesta por partes, puede verse afectada por acciones individuales.

Además, notó una clara diferencia entre la división social del trabajo entre católicos y protestantes.

Los protestantes eran un trabajo austero y valorado, además de tener una doctrina religiosa más acorde con el capitalismo. Esto culminó en la tendencia al espíritu empresarial, típica de las sociedades protestantes.

Otro factor clave en Weber es su visión de la burocracia como una forma racional de dividir el trabajo. En él, los puestos que ocupa un burócrata con funciones y atribuciones específicas se subordinan a otro puesto, superior, donde se da la distinción social en el trabajo.

Además, la burocracia ayuda notoriamente a la clase dominante al establecer la división del trabajo entre dominantes y dominados.

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