Enfermedad de Graves o enfermedad de Graves

Enfermedad autoinmune de la glándula tiroides.

Descrita por el médico alemán Karl von Basedow en 1840, esta enfermedad afecta principalmente a mujeres jóvenes. A veces es familiar o se asocia con diabetes mellitus. Un evento significativo en la vida del paciente (exceso de trabajo, cambio familiar o profesional) puede ser un detonante.

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La enfermedad de Graves es la causa más común de hipertiroidismo (aumento de la producción de hormonas tiroideas): se debe a la acción de los autoanticuerpos sobre los receptores tiroideos de la hormona estimulante del tiroides (hormona pituitaria que estimula la tiroides). Al unirse a estos receptores, que estimulan continuamente, estos anticuerpos hacen que la tiroides se vuelva hiperactiva.

Signos y síntomas

Se observan tres tipos de signos.

Signos de hipertiroidismo, Muy frecuentes, suelen motivar la consulta: pérdida de peso, aunque se conserva el apetito, temblores, fatiga e inquietud.

Coto, El aumento difuso y benigno de la tiroides, que causa hinchazón del cuello, es constante. La palpación permite estimar el tamaño, la extensión y el carácter de soplado (hipervascularizado).

Signos oculares manifestado con una importancia muy variable: retracción del párpado superior, que hace que la mirada sea más radiante; signos inflamatorios (enrojecimiento, edema); exoftalmos (ojos saltones), posiblemente bilateral; parálisis de los músculos oculomotores. La afectación ocular puede preceder o seguir al inicio del hipertiroidismo por varios años.

Diagnostico y tratamiento

El diagnóstico de la enfermedad de Graves es clínico, basado en la asociación de síntomas. Se confirma por análisis de sangre que revelan un nivel bajo de hormona estimulante del tiroides y un aumento del nivel de hormonas tiroideas, y por gammagrafía con tecnecio, que revela una hiperfijación difusa de esta sustancia en toda la glándula tiroides, y permite excluir otras posibles causas (nódulo tóxico, tiroiditis, ingesta de hormonas tiroideas).

El tratamiento puede ser medicinal (fármacos antitiroideos sintéticos), quirúrgico (tiroidectomía parcial) o convocatoria de medicina nuclear (inyección de una dosis individualizada de yodo radiactivo 131 que se unirá a la glándula tiroides y la destruirá en proporción a su hiperfunción).

La recuperación sin secuelas es habitual, pero es posible que se produzcan recaídas.

Ver : bocio, hipertiroidismo.

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