Exoesqueleto – anatomía animal

Hay dos tipos de esqueleto en los seres vivos: el endoesqueleto (es el que tienen los vertebrados, está recubierto por tejido epitelial y tienen huesos y cartílagos) y el exoesqueleto, una estructura esquelética que se encuentra fuera del cuerpo del ser vivo, es decir, es un esqueleto externo. Son comunes en los animales invertebrados, que no tienen una estructura ósea interna.

El exoesqueleto es una capa exterior resistente pero flexible, no formada por huesos, a diferencia del endoesqueleto de los vertebrados. La composición del esqueleto externo cambia de un animal a otro. Su función es de protección mecánica, química y biológica, evitando la pérdida excesiva de agua, sosteniendo los músculos y sirviendo de punto de conexión para las patas, alas y otros apéndices, pero puede limitar el crecimiento del animal. Por lo tanto, es necesario reemplazar el exoesqueleto. Este intercambio se denomina muda o ecdisis. El animal deja su esqueleto externo para crecer y formar un nuevo exoesqueleto, como la cigarra.

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Cicada emergiendo de su exoesqueleto. Foto: Souchon Yves / Shutterstock.com

Hay más de un tipo de exoesqueleto; quitina y sales de calcio son los dos principales. El esqueleto externo de quitina, que es un polisacárido formado por un polímero de cadena larga de N-acetilglucosamina, es el tipo más común y se encuentra en los artrópodos (cigarras y arañas). También está el exoesqueleto compuesto principalmente por sales de calcio, también se encuentra quitina, se puede observar en crustáceos (langostas y cangrejos), es aún más rígido. Algunos moluscos tienen carbonato de calcio formando las conchas, lo que aumenta aún más su protección. Los corales también tienen un exoesqueleto, que crece verticalmente y forma grandes arrecifes.

El exoesqueleto tiene algunas estructuras importantes como la epicutícula, la procutícula, la epidermis, la membrana basal y las células dérmicas. La epicutícula es la capa más externa, compuesta por proteínas y lípidos, funciona como un obstáculo para la eliminación del agua por evaporación a través de la impermeabilización de la procutícula, especialmente durante el intercambio del esqueleto externo. La procutícula es la capa más interna, formada por glucosamino y quitina asociada a proteínas, le da al esqueleto externo rigidez y fuerza. La epidermis es una capa simple de células epiteliales secretoras, responsables de la producción de la cutícula. Cuando ocurre la muda, las células de la epidermis secretan las enzimas que digieren las partes de la cutícula vieja. La capa basal es una capa compuesta de polisacáridos. Las células dérmicas son células modificadas que se encargan de producir la capa de cemento de la epicutícula.

Durante el intercambio del exoesqueleto, el artrópodo deja su viejo y pequeño esqueleto, sin embargo ya tiene un esqueleto externo en formación, aún frágil y relativamente blando, que permite la expansión del cuerpo vertebrado antes de que se endurezca.

Así como el endoesqueleto y el exoesqueleto son importantes para la supervivencia de los animales, tanto es así que se está estudiando y creando un exoesqueleto humano artificial, que tiene la misma función, proteger el cuerpo y ayudar en los movimientos.

Referencias bibliográficas:

https://educacao.uol.com.br/disciplinas/ciencias/esqueleto-1-funcao-dos-ossos-exoes

http://repositorio.unb.br/bitstream/10482/7413/1/2008_RafaelAraujoDeLara.pdf

http://nead.uesc.br/arquivos/Biologia/modulo_7_bloco_2/unidade_invertebrados_2/apostila_arthropoda.pdf

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