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Nombre dado, en la década de 1960, a la música negra popular del rhythm and blues.
Orígenes mixtos
Como todas las formas de música popular nacidas en Estados Unidos, el soul es el resultado de la síntesis de varias corrientes anteriores. Los componentes principales, el gospel y el blues, revelan la ambigüedad y, a menudo, el carácter conflictivo de un género artístico donde se mezclan las aspiraciones espirituales y la exaltación del deseo carnal.
Canto sagrado y mundo secular
En este sentido, la música soul constituye frecuentemente el paso de un arte vocal del repertorio sagrado a una versión secular donde el intérprete desvía la pasión religiosa hacia preocupaciones seculares. Figura fundadora y artista esencial del soul, Sam Cooke es el ejemplo más perfecto. Comenzó su carrera como cantante de gospel con Soul Stirrers, un grupo insignia de la década de 1950. Temiendo ofender al público creyente, grabó sus primeros discos no religiosos con el nombre de Dale Cook. Tocando sutilmente en ambos registros, ha logrado preservar el fervor del canto litúrgico tal como lo pronuncia cada domingo el coro de las iglesias bautistas del sur de los Estados Unidos. La estructura musical del alma recurre a un conjunto de técnicas empleadas en el canto sagrado, como la respuesta. Por otro lado, su lenguaje se extrae de la jerga y el universo metafórico del blues. Varios grandes nombres del alma se criaron en un entorno religioso. Otis Redding y Aretha Franklin son hijos e hijas de pastores. Solomon Burke y Al Green servirán como ministros de adoración en sus respectivas iglesias. Pero este vínculo también se manifiesta en la dimensión extática que ciertos artistas dan a sus apariciones en escena. James Brown ofrece el espectáculo dramatizado de su propia redención todas las noches. Wilson Pickett cautiva a su audiencia cargando sus epifanías eléctricas con pura animalidad.
La afirmación de una identidad afroamericana
El alma se puede definir de acuerdo con cuatro unidades: racial, geográfica, histórica y económica. Originalmente, inmediatamente después de la guerra, esta música se llamaba rhythm and blues. Es interpretado exclusivamente por músicos negros para su propia comunidad, razón por la cual la población blanca la ha definido como “música racial”. Su transmisión se limita a las pocas estaciones de radio que transmiten cerca de los barrios negros. Si bien el blues urbano nació en la ciudad de Chicago y la música country se asoció espontáneamente con Nashville, el soul comenzó con Memphis y, más en general, el sur de Estados Unidos, donde se crean la mayoría de artistas y donde se crean muchos sellos. Pero Detroit y luego Filadelfia jugarán un papel importante en su historia. Según el escritor Peter Guralnick, el alma es “La expresión de la solidaridad negra, del orgullo de un pueblo que quiso romper con décadas de segregación y encontró en estas canciones la forma ideal de afirmar su identidad y su espiritualidad”. La música soul corresponde así a la creciente influencia del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos durante la década de 1960. Su popularidad refleja los cambios sociales que tienen lugar en la sociedad. El asesinato del pastor Martin Luther King, en Memphis, en 1968, anuncia el fin de una utopía pero también la fragmentación de una corriente artística que lleva las esperanzas de los negros.
El fin del aislamiento racial
De manera reveladora, este período coincide con el declive de la etiqueta Stax, mientras que Tamla Motown, con sede en Detroit, cuya orientación y economía reflejan un deseo de seducir al público blanco, así como una total adhesión a los principios capitalistas, está en su apogeo. Pero esta rivalidad entre las dos principales compañías atestigua sobre todo una realidad económica propia de este género musical, escapando durante muchos años del control de las grandes discográficas y preservando así su independencia creativa. El sello Atlantic será, sin embargo, el verdadero catalizador de esta música, al producir, a principios de la década de 1950, Ray Charles, pionero indiscutible de este movimiento, luego, en 1961, Solomon Burke, cuyo Solo fuera de alcance marca los comienzos del alma.