Osteoporosis: causas, diagnóstico, tratamientos, tipos: enfermedades

LA osteoporosis se ha reconocido cada vez más como un problema de salud pública en su máxima expresión. Progresivamente se están desarrollando estudios que actualizan datos que conciernen tanto a los conceptos básicos relacionados con el diagnóstico como al tratamiento de una patología cada vez más común en la población mundial. Varias veces se puede confundir con conceptos que otras patologías acarrean sobre el diagnóstico.

Histórico

La osteoporosis fue descrita en 1830 por el patólogo Jean Georges Chretien Frederic Martin Lobstein, mediante el estudio histológico de un hueso osteoporótico. Entre los ortopedistas, se ha extendido como un signo radiológico que muestra enrarecimiento óseo en fracturas provocadas por traumatismos de baja energía, donde estos signos también podrían denominarse osteopenia. Posteriormente, en 1941, Albright describe la definición de la enfermedad, como un conjunto de patologías que provocan un trastorno esquelético, deteriorando así el tejido óseo. A partir de este trastorno, la densidad ósea disminuye, lo que permite que la resistencia del tejido óseo sea más vulnerable a los traumatismos de baja energía, lo que hace que el tejido óseo sea más frágil y compromete la integridad estructural.

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La osteoporosis hace que los huesos sean cada vez más frágiles y susceptibles a fracturas. Ilustración: Crevis / Shutterstock.com

Lesiones y fracturas.

Las lesiones que puede desarrollar la osteoporosis involucran deformidades, fracturas sin manifestación clínica, como fracturas morfométricas, fracturas incompletas, fracturas conminutas inestables que presentan la imposibilidad de reensamblaje óseo.

Causas y factores de riesgo

Como no se pueden enunciar las causas del inicio de la osteoporosis, se considera que la patología tiene un origen multifactorial, siendo principalmente de origen natural, refiriéndose principalmente a la condición de menopausia y senilidad. Sin embargo, el uso de fármacos, patologías primarias que pueden necesitar cuidados que restringen los movimientos que aportan efectos piezoeléctricos o incluso de origen idiopático, deben ser considerados como causa secundaria de osteoporosis.

Los factores de riesgo para el desarrollo de osteoporosis son diferentes de los factores que pueden desencadenar fracturas osteoporóticas. Los factores de riesgo más relevantes para el desarrollo de la patología son: sexo femenino, etnia amarilla y blanca, edad avanzada, menopausia precoz, herencia, malos hábitos diarios y nutricionales, reducción drástica de los niveles de vitamina D, inactividad física, medicamentos (glucocorticoides, anticonvulsivos )), artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias sistémicas.

Diagnóstico

Para que el diagnóstico se haga de forma eficaz se realizan varias pruebas para poder orientar el tratamiento. La prueba que proporciona la mejor conclusión diagnóstica es la densitometría ósea. Consiste en un generador de rayos X de doble haz que atraviesa una región específica del organismo. Un colimador recoge la radiación emitida, evaluando la cantidad de calcio en la región que se analiza. El examen debe realizarse cuando exista evidencia de que el paciente está en desarrollo o ya es portador de la patología, comenzando la investigación a partir de la presentación de factores de riesgo. Cuando los factores de riesgo no están presentes, la primera evaluación se realiza en todos los pacientes mayores de 65 años.

Tratamiento

El tratamiento de la osteoporosis consiste en un amplio cambio de hábitos en la rutina del paciente. Se puede elegir un tratamiento conservador, que implica el uso de medicamentos que pueden estimular la remodelación del tejido óseo, así como el uso de alimentos y actividades físicas para que este proceso suceda de forma natural. Para evitar alteraciones en la neoformación ósea, se sugiere disminuir la actividad del osteoclasto, aumentar la actividad del osteoblasto o ambos. La elección del tratamiento ideal depende de las particularidades que se presenten en cada caso, y debe tener en cuenta la gran diversidad de recursos disponibles, tales como: tratamientos anabólicos, tratamientos anti-catabólicos, entre otras diversas posibilidades.

Tratamientos anabólicos: actividad física, calcitriol (vitamina D), calcio + calcitriol, esteroides anabólicos, hormona del crecimiento, parathormona, teriparatida y ranelato de estroncio.

Tratamientos anti-catabólicos cuando se inhibe la acción de los osteoclastos: actividad física, asociación de calcio + calcitriol, terapias de reemplazo de estrógenos (TER), reemplazo hormonal (TRH), estimuladores selectivos de los receptores de estrógenos (SERMs), bifosfonatos, osteoprotegerina y ranelato de estroncio.

El tratamiento ideal debe tener en cuenta las particularidades de cada paciente, en vista de cuál será la mejor forma de estimular la tasa de remodelación ósea positiva y un efecto terapéutico rápido y duradero.

Referencias

NETTER, Frank H .. Atlas de Anatomía Humana. 2ed. Porto Alegre: Artmed, 2000.

TORTORA, Gerard J. Cuerpo humano – Fundamentos de anatomía y fisiología. Puerto Alegre. 4ª ed. Artmed Editora. 2000.

https://www.scielosp.org/scielo.php?pid=S1415-790X2006000200007&script=sci_arttext&tlng=es

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