papila óptica –

Origen del nervio óptico ubicado en la retina, en la parte posterior del ojo, donde se encuentran las fibras ópticas de las células ganglionares de la retina. (PNA papilla nervi optici.)

Estructura y fisiología

La papila óptica tiene forma de disco de 1,5 milímetros de diámetro, más pálida que el resto de la retina y ligeramente protuberante, especialmente en el lado nasal. Está atravesado en su centro por la arteria central de la retina, que al salir de la papila se divide en 4 ramas, acompañadas de las venas que se encuentran a su paso por la papila para formar la vena central.

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La papila está vascularizada gracias a las arterias ciliares cortas posteriores, ramas de la arteria oftálmica. Las fibras del nervio óptico pasan por el orificio escleral, ocupado por una especie de red fibrosa llamada hoja acribillada. Antes de este pasaje, están sujetos a la influencia de la presión intraocular, especialmente durante el glaucoma. Además, el espacio subaracnoideo de la vaina del nervio óptico se comunica con el espacio subaracnoideo intracraneal: por tanto, la elevación de la presión intracraneal se transmite al nervio óptico.

La papila es insensible a la luz porque no contiene receptores visuales.

Exámenes

El examen del fondo de ojo permite ver la papila con mucha facilidad, incluso en ausencia de dilatación pupilar. Es posible que se requiera angiografía ocular, tomografía computarizada y resonancia magnética (MRI) para completar el estudio anatómico de la papila. El estudio del campo visual y el registro de potenciales evocados visuales permiten resaltar posibles disfunciones de la papila.

Patología

Anomalías congénitas puede resultar en un defecto en el cierre de la hendidura (coloboma papilar), una papila demasiado pequeña o de forma y orientación anormales (hipoplasia o disversión papilar). Estas anomalías a menudo se asocian con problemas de visión. No existe tratamiento para estas anomalías.

Enfermedad de leber es un trastorno hereditario (cuyo modo de transmisión no se conoce bien) que afecta principalmente a hombres jóvenes. Una caída repentina de la visión en un ojo y luego en ambos ojos es el primer signo, que puede progresar a la ceguera. Actualmente no existe un tratamiento eficaz para esta afección.

Isquemia papilar aguda Afecta principalmente a ancianos con aterosclerosis o enfermedad de Horton (inflamación de la arteria temporal). Da como resultado una caída repentina de la visión en un ojo. El tratamiento muy urgente se basa en la administración de vasodilatadores y anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios, o en la terapia con corticoides a altas dosis en los casos de enfermedad de Horton.

Edema papilar se debe a una presión intracraneal elevada y no suele ir acompañada de pérdida de visión. Si se trata la hipertensión intracraneal, el edema suele resolverse sin secuelas.

Papilitis es una inflamación local de la cabeza del nervio óptico. La esclerosis múltiple, una afección viral o una erupción pueden causarla. Provoca una caída más o menos marcada de la visión, alteraciones del campo visual y en ocasiones dolor detrás del ojo. Es necesario el tratamiento con cortisona.

Tumores de la papila son raros y generalmente leves. Puede ser un melanocitoma (tumor benigno de las células del epitelio pigmentario) o un hamartoma astrocítico (proliferación benigna de células de sostén en la retina). Sin embargo, el melanoma o el retinoblastoma (tumores malignos del ojo) pueden extenderse y llegar a la papila.

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