Plotino –

Filósofo griego (Lycopolis, hoy Assiut, Egipto, c. 205-en Campania 270).

A iiimi s. AD, Plotino, pensador neoplatónico, se convirtió en Roma en el más escuchado director de conciencia de la élite social e intelectual del Imperio. Su obra, que puede verse como la culminación de la sabiduría antigua, contiene enseñanzas que se relacionan con las de los Padres de la Iglesia.

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El maestro socrático

De 232 a 243, Plotino fue en Alejandría alumno de Ammonio Sakkas, un filósofo del que poco sabemos, salvo que era de tendencia espiritualista. Para estudiar el mundo persa, se unió a la expedición del emperador Gordiano III el Piadoso (238-244) contra Châhpuhr Ier (241-272), rey de la dinastía sasánida. Después del asesinato de Gordien por sus soldados, se refugió en Antioquía y luego se instaló en Roma. En la escuela de filosofía que abrió en 244, impartió una enseñanza que se mantuvo exclusivamente oral hasta el 254. En esta fecha, comenzó a escribir resúmenes de sus cursos y a redactar tratados.

En 266, Plotino, beneficiándose del apoyo del emperador Galieno (263-268), quien lo tenía en muy alta estima, intentó fundar una ciudad, Platonopolis, organizado según las leyes de Platón, pero no puede llevar a cabo su proyecto. Gravemente enfermo, se fue de Roma a Campania. Es su discípulo más cercano, Porfirio, quien revisará todos sus cincuenta y cuatro tratados y los publicará en una colección de seis Enéadas (o «novenas»).

Una filosofía de la realidad puramente inteligible

Las fuentes

Plotino une, dándole su máxima expresión, una corriente de renacimiento del pitagorismo y el platonismo que se remonta a Filón de Alejandría. El estoicismo, que domina durante mucho tiempo, se borra; en las aspiraciones de la época, el sentido de trascendencia divina y el respeto por esta divinidad terrestre que es el emperador, garante del helenismo, prevalecen sobre las tendencias naturalistas, cosmopolitas y democráticas del estoicismo. Sin embargo, Plotino no ignora ninguna de las tradiciones filosóficas de la Antigüedad; por el contrario, hace una síntesis general de la misma, de la que se puede decir más de inspiración platónica que exactamente fiel al pensamiento del Platón histórico.

Los temas principales

Plotino es el filósofo de la búsqueda de la unidad. Para él, toda realidad compuesta existe en virtud de un principio de unidad que la trasciende y al que tiende «contemplándola». Aquí hay un principio dinámico, fundado en la no equivalencia, la no convertibilidad del Ser y del Uno. El Uno está siempre por encima del Ser. Interpretando el Parménides de Platón, Plotino postula tres de los llamados hipóstasis.

Sobre todo y antes que todo, el fin al que aspira todo lo que es, está elUno-primero-bueno – primer hinchazón. Su independencia y su pureza implican una sobreabundancia que está en el origen de un movimiento de «procesión»: se produce algo que gira sobre su principio para contemplarlo; este es elIntelecto Dónde Inteligencia – segundo hinchazón. La realidad resultante del Uno se aprehende a sí misma como inteligible y se distribuye como una multiplicidad jerárquica de todos los géneros y especies de seres inteligibles.

De la misma manera que del Uno procede el Intelecto, del Intelecto procede elAlma – tercer hinchazón. Aquí, Plotino se inspira tanto en el Timeo de Platón como en la teoría estoica del alma del mundo. El Alma es un intermediario entre el mundo inteligible y el mundo sensible, que organiza.

Debajo de estas tres hipóstasis está el materia, que es el último grado de realidad, antes de la nada, y que es la fuente del mal cuando el alma entra en contacto con ella. Porque el alma individual es una emanación del alma universal que se ha encontrado prisionera de los sensibles. Entonces ella está tratando de recuperar su estado original. Plotino no profesa esperanza en una salvación trascendente. Nos invita a una experiencia interior: cada yo lleva en su interior todos los niveles y, por tanto, se extiende del Uno a la materia; Depende de él explorar y ascender a lo más alto de sí mismo. No basta con intentar dominar lo sensible depurándolo o delimitándolo en la ciencia, como hizo Platón; debemos escapar y huir de ella. El objetivo del ascetismo filosófico es acceder a esta región del ser donde el alma es pura contemplación, donde solo el conocimiento y la felicidad son posibles, ajenos al mundo sensible.

La influencia en el cristianismo

La doctrina plotiniana no es una religión, sino que sigue siendo una pura especulación separada de la religión propiamente dicha. Por su concepción mística del Absoluto, fundada en la trascendencia del Uno más allá del Ser, Plotino ejercerá una influencia considerable sobre ciertas corrientes de la teología cristiana, sobre todo en el sentido de un desapego del cuerpo y la materia. Será invocado como maestro pensador por los Padres de la Iglesia.

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