tatuaje –

Dibujo indeleble realizado en la piel.

Un tatuaje se realiza con mayor frecuencia por motivos de gusto personal, pero también puede ser una reparación cosmética realizada por un médico especialista, que consiste, por ejemplo, en volver a dibujar la areola de una mama después de una intervención quirúrgica.

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Técnico

Se pueden introducir diferentes pigmentos en la dermis, ya sea por pinchazos, utilizando agujas manipuladas a mano o montadas en un dispositivo eléctrico, o por depósitos en incisiones cutáneas, que cicatrizan atrapando el pigmento; también se puede pasar un hilo de color a través de un túnel excavado en la epidermis.

Riesgo

El principal riesgo de tatuarse es la contaminación por agentes infecciosos como el virus del sida o el de la hepatitis viral, transmitidos por los instrumentos de una persona infectada a una persona ilesa. La probabilidad de que ocurran estos incidentes es alta para los tatuadores no profesionales que no respetan las reglas de asepsia, esterilización y uso de equipos desechables (de un solo uso). Además, los tatuajes realizados por aficionados suelen ser más profundos, más irregulares y más difíciles de borrar que los realizados por profesionales.

Métodos para destruir un tatuaje.

Las técnicas recientes de los láseres pigmentarios han hecho obsoletos los muchos métodos que antes se utilizaban para destruir tatuajes: ablación mecánica (por dermoabrasión o salabrasión), química (permanganato de potasio), por crioterapia o criocirugía, o por láser de dióxido de carbono, que a menudo causaba cicatrices importantes. . Los láseres de pigmentos actuales actúan por fototermólisis selectiva: la energía transportada por el láser es absorbida específicamente por los pigmentos utilizados para el tatuaje, correspondiendo su color a la longitud de onda del rayo utilizado. Son necesarias varias sesiones y este tratamiento es muy caro, pero los resultados son generalmente excelentes y las cicatrices muy poco visibles.

En algunos casos, la extirpación quirúrgica puede reemplazar este método. Dependiendo del tamaño del tatuaje que se va a quitar, el procedimiento puede consistir en una simple ablación, seguida de la instalación de puntos de sutura, o involucrar cirugía plástica, que a veces requiere un injerto de piel. La anestesia puede ser local, locorregional o, a veces, general.

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