Tendinitis: causas, síntomas, tratamiento, prevención

Por mucho tiempo tendinitis se han asociado principalmente con lesiones por esfuerzo repetitivo. Sin embargo, se sabe que los riesgos para el desarrollo de la patología van más allá de un movimiento por repetición. Durante mucho tiempo, los trastornos relacionados con la tendinitis y otras patologías de las estructuras blandas del organismo se pueden clasificar como RSI (Lesión por esfuerzo repetitivo) o también como WRMD (Trastorno musculoesquelético relacionado con el trabajo). Este tipo de patología es más prevalente en la afectación de los miembros superiores, pero no se descarta la aparición en estructuras relacionadas con los miembros inferiores.

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Usar una computadora durante períodos prolongados sin hacer una pausa para los ejercicios corporales puede provocar la aparición de tendinitis. Foto: Krittiraj Adchasai / iStock.com

La tendinitis es un tipo de lesión que se instala lenta y progresivamente, haciendo que la percepción no sea tan notoria al inicio de su aparición. Es difícil percibir las etapas iniciales de la patología, y también es difícil distinguir cuándo la lesión deja de ser persistente y comienza a mostrar síntomas de cronificación del proceso inflamatorio. Sin embargo, dependiendo de los factores etiológicos, existen varias formas de progresar la patología, lo que dificulta el diagnóstico precoz para que el tratamiento se pueda realizar con mayor efectividad.

Tipos de tendinitis

La tendinitis se caracteriza por una lesión o irritación que se produce en la estructura del tendón. El tendón se encarga de fijar el músculo cercano a la estructura ósea, provocando el estímulo de fuerza de contracción muscular para realizar el movimiento articular. La tendinitis se puede clasificar de diferentes maneras, dependiendo solo de las regiones que dañan. Se pueden clasificar como:

  • Entesita: inflamación de la inserción del tendón;
  • Tenosinovitis: inflamación de la vaina sinovial del tendón;
  • Peritendinitis: inflamación de la unión del músculo con el tendón;
  • Tendinitis / tendinosis osificante: cronificación de la inflamación del tendón con depósito de cristales de hidroxiapatita cálcica, comprometiendo la movilidad de los tejidos y la estructura en general.
  • Bursitis: inflamación de la bolsa sinovial. Los procesos inflamatorios mencionados anteriormente se caracterizan por condiciones temporales, sin riesgo de deformidades o degeneración progresiva, pero la falta de tratamiento puede hacer que la lesión se vuelva crónica, dificultando el desempeño de las actividades de la vida diaria, o incluso en los gestos deportivos.

Causas

La principal causa de tendinitis suele estar asociada con el movimiento excesivo de una determinada estructura, también conocido como «uso excesivo». Estos movimientos generalmente se realizan de una manera que deteriora la estructura anatómica y, en consecuencia, generan adaptaciones en un intento por mantener preservada la funcionalidad. A partir de esto, la estructura comienza a sufrir constantes agresiones y en consecuencia la instalación del proceso inflamatorio. Generalmente, esta adaptación en el movimiento puede ocurrir tanto en el trabajo como en la práctica deportiva, debido a una mala preparación física, adaptaciones posturales o la ejecución de movimientos de los miembros superiores e inferiores de forma que dañe la anatomía de la estructura en cuestión.

Diagnóstico

Para que el diagnóstico se realice correctamente, es necesario que un médico realice el examen clínico, asociado al uso de pruebas de imagen para complementar el diagnóstico. Los exámenes más utilizados para complementar el diagnóstico consisten en ecografía, resonancia magnética nuclear y tomografía computarizada, necesarios para definir la extensión y grado de la lesión presentada.

Tratamiento

Al hablar de tratamiento, se pide al paciente que evite los movimientos y posturas que desencadenaron la patología. Asociado al reposo, está indicado el uso de analgésicos simples, opioides o antiinflamatorios no esteroideos. En casos más limitantes se utilizan corticoides, que pueden ser administrados por vía oral o inyectable, e incluso se puede realizar infiltración intraarticular. La rehabilitación física también se utiliza como recurso terapéutico tanto para la analgesia como para el proceso de curación de la estructura, mejorando la amplitud de movimiento y previniendo la recurrencia de la patología. Los ejercicios tienen como objetivo mejorar la condición patológica, pudiendo evolucionar a labores preventivas y mejorar las condiciones físicas del paciente para que pueda realizar las actividades diarias sin restricciones y con mejor calidad de movimiento. Cabe recordar que durante el tiempo de tratamiento, el paciente debe ser consciente de la importancia de la práctica de actividades físicas para mejorar el acondicionamiento y, en consecuencia, prevenir la aparición de patologías.

Referencias:

NETTER, Frank H .. Atlas de Anatomía Humana. 2ed. Porto Alegre: Artmed, 2000.

TORTORA, Gerard J. Cuerpo humano – Fundamentos de anatomía y fisiología. Puerto Alegre. 4ª ed. Artmed Editora. 2000.

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