Written by Propiedad de los vasos sanguíneos de cambiar su diámetro en función de cambios en el ambiente interno.
La vasomotricidad se manifiesta por vasoconstricción (reducción del diámetro de los vasos) o por vasodilatación (aumento de este diámetro). La vasoconstricción se asocia con un flujo sanguíneo reducido; la vasodilatación, por otro lado, da como resultado un aumento del flujo sanguíneo. Estos fenómenos afectan principalmente a las arterias, más precisamente a las de calibre medio y especialmente pequeño (arteriolas).
Fisiología
La vasomotricidad entra en juego por múltiples factores: influencias neurológicas (centros del sistema nervioso vegetativo), sustancias contenidas en la sangre (oxígeno, dióxido de carbono, bicarbonatos, etc.), en particular hormonas y sustancias relacionadas. La vasomotricidad permite asegurar continuamente el equilibrio interno del organismo. En la regulación de la presión arterial, la vasoconstricción permite elevar una presión demasiado baja, mientras que la vasodilatación alivia un exceso de presión. En cuanto a la regulación de la temperatura corporal (termorregulación), la vasoconstricción de los vasos cutáneos previene la pérdida de calor a través de la piel, que se vuelve pálida y fría, mientras que la vasodilatación los aumenta, enrojeciendo y calentando la piel. Durante el esfuerzo físico, se produce vasodilatación en los músculos puestos en acción y vasoconstricción en áreas inútiles para el esfuerzo.
Patología
La vasomotricidad a veces está involucrada en condiciones patológicas.
Inflamación aguda se acompaña de vasodilatación.
Choque cardiovascular (insuficiencia circulatoria aguda) se asocia con vasoconstricción generalizada.
Acrosíndromes (trastornos vasomotores de las extremidades) incluyen el fenómeno de Raynaud, acroparestesia (hormigueo en las extremidades) y eritromelalgia. Las manos o los pies son el asiento, según sea el caso, de cambios en el color o temperatura de la piel, del dolor u hormigueo, por crisis o de forma permanente. La simple sensación de frío en manos o pies, muy común, también está ligada a la vasomotricidad; sin embargo, no es patológico si no se acompaña de ningún otro síntoma.
Otros trastornos vasomotores se observan durante enfermedades del sistema nervioso o de las glándulas endocrinas.
