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dijo Il Prete rosso (los Sacerdote rojo)
Violinista y compositor italiano (Venecia 1678-Viena 1741). Para su gloria eterna, Venecia tuvo sus pintores. También contó con su músico: Antonio Vivaldi, quien fue un maestro del concierto además de compositor de sonatas y óperas de impresionante fecundidad. También fue violinista, profesor y director. Hijo mayor de una familia de siete hijos, cuyo padre es violinista adscrito a la Basílica de San Marcos, Antonio Vivaldi adquiere muy pronto el dominio del violín. Destinado al sacerdocio, sin embargo, fue ordenado a los 25 años: le debía su cabello al rubio veneciano para hacer historia bajo el sobrenombre de “Sacerdote Rojo”. Sujeto a ataques de asma, fue dispensado de sus deberes litúrgicos en 1706. Luego se dedicó a la educación, enseñando violín en el orfanato de Pitié. (Pio Ospedale della Pietà) -de la que también dirige la orquesta durante famosos conciertos públicos-, y por escrito: en 1705, luego en 1709, publica las primeras 24 de las 73 sonatas que compondrá en total. En 1713, Vivaldi se acercó al campo del arte lírico, del que tuvo la revelación mientras asistía a representaciones de óperas de Scarlatti y Handel. Ottone en villa, después Orlando finto pazzo (1714) son las dos primeras de una serie de cincuenta obras de teatro (13 de las cuales se han conservado íntegramente), que formarán un repertorio de grandes arias, aunque no siempre sigan el libreto o la dramaturgia. Al mismo tiempo, Vivaldi dedicó dos oratorios (1714, 1716) a la Piedad, donde, tras convertirse en maestro de la capilla, permaneció oficialmente en el cargo hasta 1740. No lo abandonó hasta sus estancias en Mantua y Roma – tocó frente al Papa Benedicto XIII en 1724 – y de sus viajes al extranjero, en particular a Amsterdam, donde aparecería la mayor parte de su obra. A estas ocupaciones ya desbordantes añadió en 1719 la actividad de empresario del teatro Sant’Angelo de Venecia, donde se representaron muchas de sus óperas. Si Vivaldi ha pasado a la posteridad, se lo debe sobre todo a su música instrumental, que cuenta con nada menos que 456 conciertos, 223 para violín y orquesta, 22 para violín solo y 27 para violonchelo. No solo especifica la estructura del género – allegro, andante, allegro – sino que, a través de ella, cambia la técnica del violín, que se convierte en una cuestión de virtuoso. Es famoso Cuatro estaciones (circa 1725) son el prototipo del concierto clásico. En un estado de inspiración perpetua, Vivaldi también escribe para la voz. Tanto en la Piedad como en el teatro se acostumbró a los coros. Su música sacra ofrece pocas innovaciones en comparación con las formas en uso, pero contiene algunas piezas soberbias, entre las que destaca un Gloria en re mayor, a magníficat cuatro voces y motetes. En el género profano, es autor de dos cantatas interpretadas con motivo del matrimonio de Luis XV y Marie Leszczyńska (1725), serenatas y un centenar de arias más. Vivaldi encarna a la perfección el particular espíritu veneciano y el espíritu de xviiimi siglo en general. Sabemos, por ejemplo, que buscó la compañía de mujeres y que varias de ellas, además de su musa, la cantante Anna Giraud, lo acompañaron en sus viajes. Allí se ganó la reputación de libertino, que la Iglesia condenó: en 1737, su proyecto de una temporada lírica en Ferrara fue prohibido por orden del cardenal-arzobispo de la ciudad. Vivaldi amaba la pompa y la gloria. Considerado una figura destacada de la música, se sintió abrumado por la estima de cabezas coronadas como Federico IV, rey de Dinamarca y Noruega, y el propio emperador Carlos VI de Habsburgo, a quien los 12 conciertos La Cetra (la lira 1728). El compositor, cuyas obras circularon por toda Europa, también se mostró favorecido por sus compañeros. Bach, levantado con entusiasmo, transcribió (o arregló) una veintena de sus conciertos. Telemann y Haydn lo elogiaron. En 1735, Vivaldi entró al servicio del duque de Lorena, el futuro emperador germánico Francisco Ier. Luego fue a la corte de Dresde y, en junio de 1741, llegó a Viena, donde, al mes siguiente, murió desamparado, a causa de su prodigalidad y en la indiferencia. No recuperará todo su esplendor hasta la década de 1910, por iniciativa del musicólogo Marc Pincherle (1888-1914).
Una doble vocación: sacerdote y músico
Frenesí creativo
Un veneciano de corazón y mente
Últimos años: olvido
Colecciones de música instrumental publicadas durante la vida de Vivaldi
COLECCIONES DE MÚSICA INSTRUMENTAL PUBLICADAS POR EL LIVING DE ANTONIO VIVALDI
opus 1
Venecia,
opus 2
Venecia,
opus 3
Amsterdam, a
opus 4
Amsterdam, a
opus 5
Amsterdam, a
opus 6
Amsterdam, a
opus 7
Amsterdam, a
opus 8
Amsterdam, a
opus 9
Amsterdam,
opus 10
Amsterdam, a
opus 11
Amsterdam, a
opus 12
Amsterdam, a
opus 13
Paris, hacia
opus 14
Paris, hacia