Saxofonista tenor de jazz estadounidense (Saint Joseph, Missouri, 1904-Nueva York 1969).
Apodado «Bean» («frijol»), fue el primero en transformar el saxofón tenor en un instrumento importante y solista. Debutó en 1922 en la orquesta de Fletcher Henderson, que dejó en 1934 para Europa. De regreso a Nueva York en vísperas de la guerra, dirigió una gran orquesta durante unos meses y grabó su obra maestra con ella, Cuerpo y alma (1939). Luego reanudó una carrera independiente y tocó con la mayoría de los jazzistas de su tiempo. Algunas de sus grabaciones incluyen C. H. se encuentra con Ben Webster (1957, 1958), Sonny Rollins se encuentra con Hawk (1963).
En la extraordinaria guardería de grandes solistas que fue la orquesta de Fletcher Henderson, Coleman Hawkins dio al saxofón tenor (que empezó a aprender a los nueve años) sus letras de nobleza elevándolo al papel de instrumento solista, idéntico al reservado hasta entonces. luego para la trompeta desde Louis Armstrong (de la que se inspiró en sus primeros días). Por ello, y aunque no fue el primero en utilizar el instrumento, sí tuvo derecho al prestigioso e indiscutible título de «padre» o «inventor» del saxofón; contribuyó en buena parte al desarrollo / influencia de uno de los cuatro hijos de este buen Adolphe Sax utilizados en el jazz, dando lugar a muchas vocaciones.
Alejándose del duro juego Staccato, El Bean (el Bean, uno de sus apodos) se volverá más melódico en solos de gran lucidez, el vibrato ganando amplitud, la sonoridad en grosor, la vehemencia manifestándose en tempos rápidos, el lirismo enroscándose en las baladas. Con su composicion Nociones queer (1934), Hawkins, mediante el uso de acordes aumentados, demostrará su perfecto conocimiento de la armonía, que a menudo trabajará en el piano.
“El saxofonista más famoso del mundo” fue a Europa en 1935, tocó en París y grabó allí en 1937 con Benny Carter y los franceses Alix Combelle y André Ekyan. A su regreso a Estados Unidos (1939), entró en contacto con otros importantes diseñadores, entre ellos Lester Young, con un estilo tan diferente. Después de una sesión de grabación con Lionel Hampton, graba en octubre Cuerpo y alma, una obra maestra absoluta, donde, con lirismo, sensualidad, intensidad, adorna la (hermosa) melodía con chispeantes acordes de pasaje en arremolinados flujos sobre un colchón de aire suave, un ejemplo clásico de la frase-estribillo, al elaborado, impecable arquitectura. Lo volverá a hacer, en 1943 con El hombre que amo, en 1947 con Picasso, improvisación sin acompañamiento sobre las armonías básicas de Cuerpo y alma.
Pero Hawkins ya ha extendido un oído atento a la música de los jóvenes boppers, interviniendo en su orquesta Thelonious Monk, que le devolverá el favor en 1957. Este tenor de saxofón hará, pues, un poco de progreso con los jóvenes revolucionarios, ayudándoles a se darán a conocer, tocará en el JATP de 1946 a 1951, co-liderará un quinteto con Roy Eldridge, actuará en muchos festivales antes de que la muerte corte las alas al cansado gran halcón (Hawk), que habrá tocado hasta su último aliento.