

Enfermedad inflamatoria del sistema nervioso central que provoca la pérdida, en determinados lugares (placas), de mielina (vaina de fibras nerviosas) que se sustituye por tejido cicatricial (esclerosis).
La esclerosis múltiple afecta principalmente a adultos jóvenes con predominio de mujeres (60% de los casos). Hay de 3 a 5 casos nuevos por año por cada 100.000 habitantes en Europa y Estados Unidos.
Causas
No se conocen con certeza, pero es probable la intervención conjunta de varios factores, incluidos los factores genéticos. Se cree que es una enfermedad autoinmune (el sistema inmunológico del cuerpo ataca la mielina como si fuera un cuerpo extraño). La enfermedad es más común en las regiones templadas del globo; además de este último, también está más extendido entre las personas que pasaron su infancia en estas mismas regiones, lo que puede sugerir orígenes vinculados al medio ambiente; sin embargo, la naturaleza del factor ambiental es controvertida y actualmente no hay evidencia de un origen viral.
Signos y síntomas
Las placas impiden que las fibras nerviosas afectadas conduzcan normalmente los impulsos nerviosos, lo que provoca trastornos de muy variable intensidad y localización, según la zona donde aparecen. La enfermedad se manifiesta como brotes cortos, seguidos de regresión de los signos en aproximadamente el 85% de los casos (forma remitente-recidivante). En el 15% de los casos, la enfermedad es progresiva desde el inicio y empeora sin interrupción.
Las primeras manifestaciones de la esclerosis múltiple pueden involucrar funciones sensibles (hormigueo, sensaciones anormales en el tacto), motoras (parálisis transitoria de un miembro), visión (visión borrosa, caída repentina de la agudeza visual en un ojo), equilibrio o incluso control de la orina ( incontinencia). Algunas formas raras comienzan con trastornos cognitivos (memoria, atención, etc.).
Diagnóstico
Se basa principalmente en la observación de signos. La aparición repentina de trastornos que atestiguan la afectación multifocal (varios focos) y su rápida regresión en unos pocos días o semanas, en un adulto joven, son muy característicos de la enfermedad. Los criterios de diagnóstico internacionales, llamados criterios de Mac Donald, revisados en 2005, concuerdan con la comunidad neurológica sobre el diagnóstico. La resonancia magnética (RM) es actualmente el mejor método para visualizar áreas desmielinizadas (placas), con bordes más o menos regulares. El examen del líquido cefalorraquídeo, recogido por punción lumbar, puede mostrar la presencia de linfocitos o glóbulos blancos, un ligero aumento en los niveles de proteínas y un aumento en la gammaglobulina (anticuerpos). Los potenciales evocados (registro de la actividad eléctrica del cerebro) permiten buscar daños aún latentes, estableciendo el carácter multifocal de las placas y por tanto de las lesiones neurológicas.
Procesando
El tratamiento de las recaídas se basa en la terapia con corticosteroides en dosis altas, preferiblemente administradas por infusión durante unos días en un entorno hospitalario. Para frenar la enfermedad, reducir el número de recaídas y ralentizar la progresión de la discapacidad (evaluado por la EDSS [Expanded Disability Status Scale]), Actualmente se utilizan FAME (interferón beta, copolímero 1) y, para determinadas formas agresivas, mitoxantrona, un potente inmunosupresor, o natalizumab, un anticuerpo monoclonal. Estos tratamientos solo se han validado en formas remitente-recurrente.
Pronóstico
Es muy variable. La forma más común se caracteriza por una sucesión de recaídas intercaladas con remisiones de duración muy variable con, durante las primeras manifestaciones de la enfermedad, una regresión total de los signos, luego su persistencia creciente, lo que resulta en una discapacidad progresiva. También existen formas inmediatamente invalidantes (brotes iniciales no seguidos de remisión), casos en los que la evolución es progresiva y continua, pero también formas leves (10 a 15% de los casos), que resultan en un número reducido de brotes. remisión muy prolongada o permanente.
Ver : mielina