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Arte tradicional de sociedades no occidentales.
BELLAS ARTES
Consideradas durante mucho tiempo en Occidente como curiosidades exóticas, se decía que las artes de las sociedades tradicionales no europeas (esculturas, máscaras, pinturas, ornamentos, etc.) eran «primitivas», al igual que los pueblos que las producían, porque su cultura se basaba sobre la tradición oral y que su organización, por compleja que sea, no fue percibida como «evolucionada» por los ojos occidentales. Sin embargo, las artes de estos pueblos, que ahora se denominan «primeros» por ser expresión de las primeras culturas de la humanidad, remiten a patrones estéticos específicos; como en cualquier sociedad, también se rigen por un número variable de códigos, que la antropología se esfuerza por resaltar.
La perspectiva antropológica
África negra
La escultura, especialmente en madera, pero también en terracota, piedra, metal, es el lenguaje artístico privilegiado del África negra. Los estilos alternan entre expresionismo y realismo. En la mayoría de los casos, el objeto de arte forma parte de una jerarquía religiosa o política. Intermediario entre la realidad humana y el mundo invisible, traduce el poder de las fuerzas vitales. Para el artista, el gesto creativo tiene tanta importancia, si no más, que la obra misma, a la que la palabra confiere todo su valor mágico. En su aspecto formal, la estatuaria negro-africana fue una de las fuentes de la revolución artística operada por el cubismo.
Oceanía
El arte oceánico está íntimamente relacionado con el animismo y se refiere a mitologías complejas, que hoy están parcialmente perdidas. El arte más simple es el de los aborígenes de Australia, que solo trabajan en dos dimensiones (pinturas rupestres y pinturas sobre corteza). El de los melanesios, especialmente en Nueva Guinea, es el más impresionante por su aspecto macabro, ligado al culto a los antepasados. El más elaborado es el de los maoríes de Nueva Zelanda, que tallan interminables entrelazados, adornados con espirales y volutas. En general, el arte oceánico desprende una impresión de misterio que marcó el “primitivismo” del arte occidental, desde Gauguin hasta los surrealistas.
La perspectiva institucional
Entre la percepción puramente funcional de los etnólogos y esa, exclusivamente estética, de los pintores y, después de ellos, de los coleccionistas occidentales, el conocimiento de las artes primitivas ha mejorado mucho. Se refleja en el prestigio que les aportan las instituciones: así, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York cuenta con seis secciones dedicadas a ellos y, en París, quai Branly, el Musée des Arts Premiers, inaugurado en 2006 (arquitecto: J Nouvel ), ofrece un amplio panorama de las primeras culturas de África, Asia, Oceanía y América.
