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Inflamación aguda y desmielinización (destrucción de la vaina de mielina que rodea las fibras nerviosas) de los nervios periféricos, responsables de la parálisis.
El síndrome de Guillain-Barré es la polirradiculoneuritis más común, una condición que tiene en común una inflamación de las raíces de los nervios donde emergen de la médula espinal.
Causas
El mecanismo de este síndrome es autoinmune, y el cuerpo produce anticuerpos contra sus propios componentes. Este trastorno se presenta a cualquier edad, en dos de cada tres casos después de una infección de origen viral, a menudo un exantema.
Signos y síntomas
La enfermedad tiene tres fases. El primero, que dura menos de cuatro semanas, se caracteriza por la aparición de parálisis de las extremidades inferiores. Esto luego se extiende simétricamente a las extremidades superiores (cuadriplejía) y los nervios craneales, causando parálisis facial, trastornos oculomotores y trastornos de la deglución. Estos signos se asocian frecuentemente con manifestaciones sensibles: hormigueo, dolor en los músculos, espalda, a lo largo de los nervios. Durante esta fase puede aparecer una parálisis de la musculatura respiratoria que requiera un tratamiento de cuidados intensivos. La segunda fase se caracteriza por la persistencia, en meseta, de los signos anteriores, a veces durante varios meses. La tercera fase, que dura desde varias semanas hasta varios meses, es la de recuperación, desapareciendo los signos gradualmente.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en el examen del líquido cefalorraquídeo, obtenido por punción lumbar, que revela una hiperproteinoraquia (aumento del nivel de proteínas), y en el electromiograma (medición de la actividad eléctrica muscular), que revela un enlentecimiento, la más a menudo importante, la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento consiste en primer lugar en asegurar la respiración (ventilación asistida si es necesario). Algunos tratamientos tienen como objetivo reducir la extensión y duración de la parálisis, especialmente en los casos más graves, recurriendo a diferentes medios: intercambios plasmáticos (eliminación de anticuerpos anormales del plasma del paciente), inyección intravenosa a dosis elevadas de inmunoglobulinas humanas, plasma. En la mayoría de los casos, no debe deplorarse ninguna secuela; las recaídas son raras.
Ver : desmielinización, síndrome de Landry, polirradiculoneuropatía.