Globo ocular – Ojos – Anatomía humana

Responsable de detectar la luz y convertirla en señales eléctricas, el ojo humano (globo del ojo) es un receptor activado por la luz, tiene un diámetro aproximado de 2,5 cm y se coloca dentro de la cavidad orbitaria, una caja protectora ósea cubierta por tres capas: túnica fibrosa, túnica vascular y retina.

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Anatomía del ojo humano. Ilustración: BlueRingMedia / Shutterstock.com [adaptado]

Túnica fibrosa

Una densa capa externa de tejido conectivo fibroso llamada esclerótica, la parte «blanca» del ojo. En la parte anterior es transparente y sobresaliente, recibiendo el nombre de córnea, capa que recubre el iris.

El iris, la parte coloreada de los ojos, es una membrana de forma circular, de unos 12 mm de diámetro. Tiene una abertura central y circular llamada pupila, mide unos 4,4 mm de diámetro. Aunque parece tener un color negro, es completamente transparente. Funciona de manera similar al diafragma de una cámara: cuando se expone a una luz intensa, la apertura central disminuye; en situaciones de poca luz, la apertura se expande para capturar más luz. La regulación ocurre a través de la contracción del músculo esfínter. De esta forma, es posible controlar la entrada de luz al ojo y aumentar la agudeza visual.

En la parte anterior del ojo, se encuentra el cuerpo ciliar (un tejido formado por el músculo ciliar), procesos ciliares y zónulas ciliares que se conectan al cristalino.

Túnica vascular

La segunda capa es intermedia y es donde se ubica la coroides, una capa de color marrón oscuro rica en vasos sanguíneos que recubre la mayor parte de la esclerótica, encargada de irrigar y nutrir las células del globo ocular. Absorbe los rayos de luz, por lo que no se refleja en el globo ocular. La coroides junto con el cristalino (cristalino), el humor acuoso (un líquido transparente, proporciona nutrientes a la córnea y el cristalino y ayuda a mantener la forma esférica del ojo) y el cuerpo vítreo (un líquido viscoso), trabaja en la alteración de cerca. o visión lejana (sistema de lentes convergentes).

La retina es la capa más interna del ojo, una región sensible por donde llega la luz y cuya función es la formación de la imagen.

La luz, después de atravesar la pupila, es convergente por el cristalino hacia la retina, donde es recibida por células que son capaces de percibir los estímulos lumínicos. A partir de la retención a través del nervio óptico, las células estimuladas envían impulsos nerviosos al cerebro.

El ojo tiene las estructuras accesorias:

  • Párpados: pliegues de piel y músculos, cubren los ojos durante el sueño y, al parpadear, esparcen las secreciones lubricantes en la superficie del ojo. Poseen filas de pestañas que tienen la función de proteger el ojo de la luz, el polvo y otras agresiones del entorno externo.
  • Pestañas: ayudan a proteger contra cuerpos extraños, transpiración y rayos de luz;
  • Músculos oculares extrínsecos: insertados en la superficie externa, garantizan los movimientos coordinados de los dos globos oculares;
  • Aparato lagrimal: producción de lágrimas a través de la glándula lagrimal. También forman parte los conductos y canales que transportan y drenan el desgarro.

La lágrima es una sustancia acuosa que evita que las capas del globo ocular se sequen al lubricar la superficie del ojo. Además, tiene una enzima llamada lisozima que tiene una función bactericida. En momentos emocionales, como la felicidad y la tristeza, las lágrimas se liberan en forma de llanto.

Hay algunos trastornos refractivos causados ​​por problemas en el cristalino o la córnea. Estos pueden corregirse con el uso de lentes de contacto o anteojos, y pueden o no estar acompañados de enfermedades oculares más graves. Entre estos problemas se encuentran:

  • Miopía: las personas con miopía tienen dificultades para ver de lejos.
  • Hipermetropía: las personas con hipermetropía tienen dificultad para ver de cerca.
  • Presbicia: también conocido como vista cansada, este trastorno suele aparecer después de los 40 años y sus portadores tienen dificultad para ver de cerca.
  • Astigmatismo: suele ocurrir cuando existe una diferencia entre las curvaturas corneales, lo que conlleva la dificultad de ver una línea en una posición y no en otra.

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Referencias:

LINHARES, S.; GEWANDSZNAJDER, F. La biología en la actualidad. Editora Ática, São Paulo, 2014.

TORTORA, GJ; GRABOWSKI, SR Cuerpo humano: fundamentos de anatomía y fisiología. 6. Ed. Porto Alegre: Artmed, 2006.

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