Movimientos respiratorios – Inspiración y exhalación – Fisiología humana

Cuando nosotros inspiramos, el aire atmosférico ingresa por la nariz (parte externa) y las fosas nasales (internas), es filtrado por los pelos presentes en estas cavidades, evitando así que entren partículas (polvo, granos de polen, humo, seres vivos microscópicos, etc.) el resto de sistema respiratorio. Estas partículas quedan atrapadas en la capa de moco ubicada en los conductos nasales. El aire también se humedece y calienta, que son condiciones importantes para un intercambio de gases más eficiente en los alvéolos pulmonares.

Movimientos de inhalación y exhalación.  Ilustración: OpenStax College [CC-BY-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0)], a través de Wikimedia Commons

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Movimientos de inhalación y exhalación. Ilustración: OpenStax College [CC-BY-3.0], a través de Wikimedia Commons

Hasta llegar a los alvéolos pulmonares, el aire pasa por el siguiente camino: fosas nasales (nariz), cavidades nasales, faringe, laringe, tráquea, bronquios, bronquiolos y alvéolos.

Inspiración

La entrada de aire en los pulmones, la inspiración, se produce por la contracción de los músculos del diafragma y los músculos intercostales (músculos que se encuentran entre las costillas). El diafragma baja y las costillas se elevan, lo que aumenta el volumen de la caja torácica (estructura ósea que protege los pulmones y el corazón), lo que hace que entre aire a los pulmones.

Vencimiento

Luego está la salida de aire de los pulmones, la vencimiento, el diafragma y los músculos intercostales se relajan, el diafragma sube y las costillas bajan, disminuyendo así el volumen de la caja torácica, expulsando aire de los pulmones. No todo el aire se expulsa de los pulmones, dejando un pequeño volumen dentro de los alvéolos, evitando el colapso de las delgadas paredes de los alvéolos.

O movimiento respiratorio está controlado por un centro nervioso ubicado en la médula espinal. En condiciones normales, este centro produce impulso cada 5 segundos, estimulando la contracción de la musculatura torácica y el diafragma, donde inhalamos. Sin embargo, cuando la sangre se vuelve más ácida debido al aumento de dióxido de carbono (COdos), el centro respiratorio espinal induce la aceleración de los movimientos respiratorios.

En caso de disminución de la concentración de oxígeno gaseoso (Odos) en la sangre, el ritmo respiratorio también se incrementa. Esta reducción es detectada por receptores químicos ubicados en las paredes de la aorta y la arteria carótida.

Además de los conductos nasales, el aire puede entrar o salir del organismo por la boca, sin embargo, la humectación y el calentamiento del aire son incompletos y la filtración de partículas de polvo, humo, e incluso seres vivos microscópicos, como virus y bacterias, que son capaces de dañar nuestra salud, etc. Algunas impurezas se “filtran” en varios órganos del sistema respiratorio, pero otras logran pasar a los pulmones, provocando enfermedades. Las enfermedades más comunes que afectan el sistema respiratorio pueden ser de naturaleza infecciosa o alérgica.

Fuentes:
AMABIS, José Mariano; MARTHO, Gilberto Rodrigues. Fundamentos de la biología moderna. 2ª ed. São Paulo: Moderno, 1999.
LAURENCE, J. Biología: escuela secundaria. Single Vol – 1 ed. São Paulo: Nueva Generación, 2005.

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