histocompatibilidad o sistema HLA –

Compatibilidad de tejidos de diferente origen en función de las características antigénicas de las que depende el éxito de un trasplante.

Las bases de la histocompatibilidad fueron descubiertas en 1958 por el médico francés Jean Dausset (que obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1980). Esto demostró la existencia de antígenos específicos en los glóbulos blancos y en todas las células nucleadas del cuerpo. Estos antígenos tienen la propiedad de ser diferentes de un grupo de individuos a otro, por lo que constituyen una marca de identidad biológica (alotipo).

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Inicialmente, estos antígenos se denominaron antígenos de trasplante porque condicionan el rechazo o la toma de un trasplante. Posteriormente, se denominaron antígenos de histocompatibilidad.

Diferentes tipos de antígeno

Los genes que gobiernan la síntesis de estos antígenos se encuentran en el cromosoma 6 y se conocen como el complejo principal de histocompatibilidad (MHC) o sistema HLA. (Antígenos de leucocitos humanos). Los genes del sistema HLA se dividen en dos clases: los genes de clase I codifican los antígenos de histocompatibilidad presentes en todas las células nucleadas del organismo y se clasifican en 3 grupos (A, B y C); Los genes de clase II controlan la síntesis de antígenos presentes solo en determinadas células del sistema inmunológico (monocitos, macrófagos, linfocitos B y linfocitos T activados) y también se dividen en 3 grupos (DR, DQ y DP). Actualmente se conocen más de 800 alelos diferentes para los genes del sistema HLA.

Interés por la medicina

Por tanto, cada individuo tiene diferentes grupos HLA. Cada uno de los dos padres transmite la mitad de sus genes HLA a cada uno de sus hijos. Dentro de los mismos hermanos, dos niños pueden haber heredado los mismos genes paternos y los mismos genes maternos (se dice que son HLA idénticos), o haber heredado los mismos genes solo de uno de los dos padres y, por lo tanto, tienen en común sólo la mitad de sus genes HLA (se dice que son HLA semiidénticos), o finalmente no tienen un grupo común (entonces son HLA diferentes). Se pueden establecer relaciones similares entre todos los miembros de la misma familia. En dos sujetos no relacionados, la probabilidad de tener todos los grupos HLA en común es baja.

El éxito de un trasplante depende en gran parte del sistema de histocompatibilidad. Cuanto mayores sean las diferencias de HLA, más intensas serán las reacciones de rechazo. Además, cuando un sujeto ha estado en contacto con antígenos de histocompatibilidad que no tiene, por ejemplo durante una transfusión de sangre, un trasplante previo o un embarazo, puede desarrollar anticuerpos, los llamados linfocitotóxicos, dirigidos contra antígenos que le son extraños. : hablamos de inmunización anti-HLA. La presencia de tales anticuerpos dificulta la realización del trasplante. Para evitar un rechazo agudo del injerto, es imprescindible que esté desprovisto de los antígenos del sistema HLA contra los que se dirigen los anticuerpos del receptor.

El sistema HLA se ha relacionado con enfermedades. El vínculo conocido más fuerte es el del alelo HLA B27 con espondilitis anquilosante, donde está presente en el 90% de los casos (8 o 9% de la población europea). Pero el 98% de los portadores de HLA B27 están libres de enfermedad.

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