adenoma –

Tumor benigno que se desarrolla en una glándula y reproduce su estructura.

Un adenoma puede afectar a la mayoría de los órganos (riñón, mama, próstata, hígado, páncreas), así como a las glándulas endocrinas y ciertas membranas mucosas (colon, revestimiento uterino).

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ADENOMAS DIGESTIVOS

Estos tumores benignos afectan un órgano del sistema digestivo.

Los adenomas digestivos pueden desarrollarse en el estómago, intestino delgado, colon, recto, vías biliares, hígado, páncreas. Entre los adenomas digestivos, el del colon y el del hígado son los más frecuentes.

Adenoma de colon es un tumor benigno que afecta al 5-10% de las personas mayores de 50 años. Su aparición está sujeta a factores genéticos e influencias de la dieta (baja en fibra).

Algunos adenomas pueden convertirse en cánceres (adenocarcinomas). Este riesgo es tanto mayor cuanto que el adenoma es grande (más de 1 cm) y los tejidos muestran signos de displasia grave.

La colonoscopia (endoscopia de colon) permite la detección y destrucción de adenomas colónicos. Sin embargo, el riesgo de recurrencia requiere un seguimiento regular. La presencia de adenomas en un gran número es, además, indicativa de una enfermedad familiar, la poliposis rectocólica, de la que se ha identificado el gen responsable.

Adenoma hepático es un tumor benigno del hígado, más común en mujeres. Su desarrollo y la aparición de complicaciones se favorece con la toma de anticonceptivos orales. Por lo general asintomáticos, estos tumores rara vez causan dolor y excepcionalmente hemorragias intraperitoneales.

En casos raros, el adenoma hepático puede convertirse en carcinoma hepatocelular.

ADENOMAS ENDOCRINOS

Estos tumores benignos crecen en una glándula endocrina.

Los adenomas endocrinos pueden o no secretar una hormona (adenomas secretores) (adenomas no secretores).

Adenomas secretores son tumores benignos, los más frecuentes son: adenomas paratiroideos, que provocan un aumento de la secreción de hormona paratiroidea con hipercalcemia; adenomas de tiroides, que conducen a hipertiroidismo; adenomas hipofisarios. Estos pueden causar, según su ubicación y naturaleza, infertilidad femenina reversible o acromegalia (desarrollo anormal de las extremidades). Los adenomas de la corteza suprarrenal pueden secretar un exceso de cortisol (síndrome de Cushing), aldosterona (síndrome de Conn) o andrógenos. También hay adenomas secretores de páncreas.

Adenomas no secretores son frecuentes en la tiroides, la hipófisis y, en menor medida, en la corteza suprarrenal. En el examen, las glándulas parecen más grandes; este aumento de volumen puede provocar trastornos funcionales por compresión de órganos cercanos.

Diagnóstico

El examen clínico y / o las imágenes médicas pueden identificar el adenoma. Solo la histología (biopsia) puede confirmar el diagnóstico.

Evolución y tratamiento

La evolución es variable según las localizaciones. Los adenomas de las glándulas endocrinas pueden permanecer asintomáticos e inofensivos; los adenomas secretores pueden requerir extirpación; el único riesgo de los adenomas digestivos es la transformación en adenocarcinoma. Se les aplican regímenes rigurosos de seguimiento y tratamiento.

Ver : acromegalia, síndrome de Conn, tumor.

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